Ser pilingui no se aprende, se lleva dentro.
Gracias a Cárdenas hoy sabemos hasta qué punto de inmundicia puede llegar una persona, Carmen de Mairena es el ejemplo. Y que sea inmunda no significa que me desagrade, al contrario, me divierte.
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Gracias a Cárdenas hoy sabemos hasta qué punto de inmundicia puede llegar una persona, Carmen de Mairena es el ejemplo. Y que sea inmunda no significa que me desagrade, al contrario, me divierte.
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