Al cumplir la edad reglamentaria de 65 años me presenté a la Seguridad social a tramitar la pensión de jubilación.
La funcionaria detrás de la ventanilla me pidió el DNI para verificar mi edad y mi identidad.
Busqué en todos los bolsillos, pero me lo había dejado en la casa. Le dije a la funcionaria que lo sentía mucho, que iría a casa y volvería más tarde.
Ella me dijo: "No hace falta, quítese la camisa".
Lo hice y mostré los abundantes, pero canosos pelitos del pecho.
"Esos pelitos blancos son prueba suficiente para mí", dijo la mujer y procesó la solicitud.
Cuando regresé a casa, emocionado le conté a mi esposa lo que me había sucedido en el INSS.
Entonces ella comentó:
¡Debiste bajarte los pantalones, a lo mejor te daban también la pensión por invalidez!.
La funcionaria detrás de la ventanilla me pidió el DNI para verificar mi edad y mi identidad.
Busqué en todos los bolsillos, pero me lo había dejado en la casa. Le dije a la funcionaria que lo sentía mucho, que iría a casa y volvería más tarde.
Ella me dijo: "No hace falta, quítese la camisa".
Lo hice y mostré los abundantes, pero canosos pelitos del pecho.
"Esos pelitos blancos son prueba suficiente para mí", dijo la mujer y procesó la solicitud.
Cuando regresé a casa, emocionado le conté a mi esposa lo que me había sucedido en el INSS.
Entonces ella comentó:
¡Debiste bajarte los pantalones, a lo mejor te daban también la pensión por invalidez!.
3 comentarios:
jajajaj si es que de mayor las mujeres acosan...
Qué mala leche jajajaja
Me ahorro lo que le contestaría yo a la mujer del susodicho, jajajaja
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