Un pequeño fabricante de confituras búlgaro
fabricó un desodorante en forma de caramelo y espera conquistar al mundo
entero con esta innovación.
Según Ventsislav Peychev, su “Deo Perfume
Candy” neutraliza los olores corporales, reemplazándolos por un delicado
perfume de rosa durante un período que puede llegar a dos horas, en
función del peso del consumidor y del número de caramelos tragados.
Este fabricante se inspiró en los trabajos de
científicos japoneses, quienes demostraron que el geraniol, uno de los
componentes del aceite esencial de las rosas, no era descompuesto por la
digestión y era expulsado por la piel.
No se trata de una idea nueva, pero la empresa Alpi es la única que la explota, después de que terminó la fabricación de un chicle japonés basado en el mismo principio, pero que jamás tuvo éxito.
En 2011, la pequeña fábrica de Asenovgrado (sur) comenzó a producir sus primeros caramelos perfumados con aceite de rosa, una esencia que Bulgaria produce en grandes cantidades.
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