Ser pilingui no se aprende, se lleva dentro.
Pues esto pasa. En un bar que frecuentaba yo cuando era joven había siempre un parroquiano que todos los sábados a la hora de la cena aparecía la mujer en bata y rulos a buscarlo. Y el muy calzonazos se iba sin protestar.
Pues esto pasa. En un bar que frecuentaba yo cuando era joven había siempre un parroquiano que todos los sábados a la hora de la cena aparecía la mujer en bata y rulos a buscarlo. Y el muy calzonazos se iba sin protestar.
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