9/9/09

COMER BIEN: HUEVOS FRITOS

El huevo frito es una muy rápida y bastante tradicional forma de hacer una fritura de un huevo. Su preparación apenas dura unos minutos y suele emplearse huevo de gallina. El huevo se introduce en aceite o grasa animal caliente. En las cocinas mediterráneas se cocina con aceite de oliva bien caliente en una sartén, preparación que antiguamente se conocía como huevos estrellados. Forma parte de los desayunos de muchas naciones anglosajonas, donde suele hacerse sobre grasa animal, y es parte integrante del tradicional desayuno inglés junto con el bacon frito (plato conocido como huevos con bacon).

El huevo frito ideal es aquel que mantiene líquida la yema y los extremos de la clara cuajada empiezan a estar quemados (o 'crujientes' según los expertos) en este caso se denomina su punto como "puntillas".

El consumo de huevos fritos está documentado desde hace siglos. Un cuadro de Velázquez de 1618 muestra a una mujer friendo huevos. Muchos siglos antes, Averroes decía en su Kitab al-kulliyat fi l-tibb (Libro de las generalidades de la medicina) que los huevos fritos «cuando se fríen en aceite de oliva son muy buenos, ya que las cosas que se condimentan con aceite son muy nutritivas; pero el aceite debe ser nuevo, con poca acidez y de aceitunas. por lo general es un alimento muy adecuado para el hombre»

* Hacer los huevos fritos con huevos a temperatura ambiente (10ºC a 20ºC) y estables previamente durante varias horas, en ningún caso recién sacados de la nevera (este es un error frecuente).
* Emplear huevos frescos, los que se han conservado van perdiendo la humedad interior a través de sus poros y dejan un producto final no tan apetecible. Los huevos frescos sufren menos roturas de las yemas cuando se elaboran.
* Tener bien caliente el aceite, listo para freir un huevo, que se suele romper directamente sobre la sartén. Por esta razón es mejor emplear aceites con alto punto de humo: como el aceite de oliva (180ºC). La temperatura ideal del aceite es a 120ºC. A mayor temperatura se pierde la textura tierna pero se gana en sabor.
* Realizar uno o dos huevos fritos cada vez, dependiendo de la superficie del fondo de la sartén, a mayor superficie mayor número de huevos fritos simultáneos. Si se deben freir varios en poco tiempo lo mejor es emplear diversas sartenes.
* No verter la sal hasta haber terminado de freír completamente el huevo en la sartén.[3] Generalmente lo hace cada comensal o se hace fuera de la sartén (en ningún caso durante la fritura del huevo). La sal maldon es la más aconsejada.
* Servir caliente y recién frito a los comensales, no conviene esperar ni un minuto, ya que el huevo frito queda de otra forma aceitoso y la yema empieza a cuajar.
* Emplear una espumadera para recoger el huevo frito de la sartén.

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