29/8/09

BORRACHO CON REFLEJOS

Manolo se despierta en casa con una tremenda resaca, casi no recuerda nada de lo que hizo anoche. Se esfuerza en abrir los ojos, y lo primero que ve es un par de aspirinas y un vaso de agua en la mesita de noche. Se sienta y ve su ropa toda bien limpia y planchada frente a él.

Ya un poco mosqueado, mira alrededor de la habitación y ve que todo está en perfecto orden y limpio.

Coge las aspirinas y ve una nota sobre la mesa:
- Cariño, el desayuno está en la cocina, salí temprano para hacer unas compras. Te quiero.

Así que va a la cocina, y cómo no, ahí estaban el desayuno y el periódico del día esperándole.

Su hijo también está en la mesa, desayunando.

Manolo le pregunta:
- Hijo, ¿que le pasó ayer por la noche a tu madre? Esperaba una bronca de mil pares de narices, y me encuentro hasta el desayuno preparado.

Su hijo le contesta:
- Pues sí Papá, volviste a las 3 de la madrugada, borracho, meado encima y gritando. Rompiste algunos muebles, vomitaste en el pasillo y te pusiste un ojo morado cuando te diste contra la puerta.

Confundido, Manolo pregunta:
- ¿Y a pesar de todo eso cómo es que me deja tu madre incluso una nota cariñosa? Esto no me cuadra…

Su hijo contesta:
- ¡Ah, eso! Mamá te arrastró hacia el dormitorio y, cuando intentó sacarte los pantalones, tú gritaste: ¡Quieta zorra! ¡Qué estoy casado!

6 comentarios:

  1. Pues a mi me dice eso y lo echo de casa.

    ResponderEliminar
  2. jeje por lo menos le creyo jajajajaja saludos despe

    ResponderEliminar
  3. Echarle de casa? Habiendo cuchillos, lejía y aceite hirviendo?

    Para nada.

    ResponderEliminar
  4. ... Y luego dicen que los tios somos todos iguales: los hay que se casan y todo.

    ResponderEliminar